Pro 16:25 Hay camino que parece derecho al hombre,
Pero su fin es camino de muerte.
Recuerdo que cuando niño era el único que no podía
andar en bicicleta. Mi primo que tenía una, era muy diestro en ese arte así que
un día me arme de valor y le pedí que me enseñara. Durante un rato me sostuvo
para que yo agarrara el equilibrio necesario para perder el miedo y tras
algunos intentos dije con voz arrogante “déjame yo puedo” mi primo insistió en
que me hacia falta un poco mas de practica pero yo insistí; “déjame que yo
puedo” al ver mi insistencia decidió dejarme solo con el impulso y cuando este
se termino quede al costado de un charco de agua ya un lado y tierra seca al
otro no negare que mi intención era caerme al lado seco pero la divina
providencia estaba determinada a enseñarme una lección. Así fue como caí al
lado del charco. Pues no pude ni pedalear ni mantener el equilibrio.